lunes, 19 de enero de 2009

Proyecto "Pollito Ciego"

PROYECTO POLLITO CIEGO
CRESPO 2009


“Qué es posible y qué es imposible no son categorías estancas, sino que cada cultura construye su imposibilidad en la medida en que construye su campo de posibilidades”
Emmánuel Lizcano

“Yo no puedo darle nada que no exista dentro de usted. Yo no puedo presentarle ninguna otra galería de cuadros que la de su alma. No puedo dar a usted nada; solo la ocasión, el impulso, la clave”.
Hermann Hesse

Introducción

El proyecto que a continuación presentamos, propone la creación de un nuevo espacio para la intervención e interrelación de prácticas artísticas, entendiendo estas prácticas como el lenguaje de nuestra cultura. De esta forma, intentaremos revalorizar distintas ramas del arte que emergen de nuestra ciudad.
La propuesta se llevará a cabo los días domingos 15 y 22 del mes de febrero y 1º de Marzo del corriente año, en el espacio físico del bar Besares (ubicado en Otto Sagemüller y Alberdi), en la ciudad de Crespo, provincia de Entre Ríos. El mismo parte de la puesta en escena simultanea de diversas disciplinas del arte, específicamente de la literatura, el cine, el teatro, la plástica y la música. Todas las obras serán llevadas a escena a partir de diversas modalidades y estarán continuamente interrelacionadas con las demás disciplinas.
Participaran en el área de coordinación un grupo de profesionales y estudiantes de carreras afines a las ciencias humanas (comunicación visual, letras, comunicación radial, psicología, arquitectura) y personas interesadas en los tópicos a desarrollar.
Denominaremos a esta idea: “Pollito ciego”, y este nombre no solo nos identifica, sino que se construye como una creación artística original que se desplaza de las concepciones formales que rotulan a eventos culturales de estas características.


Fundamentación:

Alguien dijo que a pesar de que un hombre quiera huir o negar su pueblo, nunca podrá hacerlo porque no volverá a ver una ciudad tan familiar como ella, que es su refugio y su identidad.
Hemos nacido, crecido o vivido alguna etapa en Crespo; hemos transitado sus calles y fue aquí donde nos conocimos, donde nos educamos y donde construimos nuestras historias. Somos algunos de los jóvenes que se quedaron o que se fueron de esta ciudad en busca de algún futuro, pero parece hoy la hora de volver y plantear esta vuelta como un “hacer”: un hacer productivo que involucre lo que fuimos, lo que encontramos y lo que conocimos.
De alguna manera hemos venido reflexionando, en un tiempo no muy definido, sobre nuestra cultura y cómo ésta se “mueve” en Crespo. Lo hemos hecho al pasar y de manera informal en alguna reunión, entre dos, entre tres… entre todos ahora último. Al manifestar nuestros “pensamientos” y, podría decirse “anhelos”, decidimos formalizarlos, o mejor decir, “con-formarlos”, darles “forma” concreta teniendo en cuenta el contexto de significación, la forma en que tienen sentido en una circunstancia y con ello, “responder” (hacerse cargo) a las necesidades que dan cuenta de estos anhelos.
Con este proyecto proponemos un nuevo espacio para la intervención e interrelación de prácticas artísticas, entendiendo estas prácticas como el lenguaje de nuestra cultura. Desde esta perspectiva, nuestras inquietudes se direccionan a una revalorarización de espacios construidos en Crespo que condensan distintas áreas como la literatura, el cine, la fotografía, el teatro, la música, las artes plásticas que, actúan en articulación para ampliar el conocimiento y la experiencia social y cultural de cada sujeto, teniendo en cuenta que el arte crea una posibilidad que permite resignificar la experiencia del pueblo, ya sea simplemente mediante el imaginario o mediante la perspectiva de reinserción que la lectura del arte abre.
Creemos que es fundamental el acercamiento de los crespenses al arte como objeto de la cultura, a través de multiplicidad de lecturas (Roland Barthes) y diferentes entradas a los textos (comprendemos “texto” como todo objeto producto de las diversas ramas del arte) ya que operaría y contribuiría a nuevas formas de reflexión y de interacción con el mundo.
Etimológicamente, la palabra “cultura” proviene de “cultivo” y, por lo tanto, necesita de dedicación y cuidado. Esto nos parece esencial porque, aunque la cultura está aquí, siendo, no significa que la tengamos presente, que la estemos “viendo” con el cuidado necesario: la cultura crespense es un tejido que todavía no logró descubrir y amalgamar su propia productividad, es decir que, relegando creaciones individuales la sociedad desconoce y olvida sus identidades. Creemos que existe un tipo de descuido de la cultura que, a veces, hace que se pierdan sus “sentidos”.
Usamos la palabra “sentido” en sus tres acepciones: la del “significado” que tiene algo, la de aquello que se “siente” y la de la “orientación” que posee. La cultura es aquellos significados que son propios de “nuestra” vida, que nos implican a todos. Justamente por ello es, también, lo qué sentimos, lo que nos afecta, nuestros afectos y emociones. Y por último vemos la cultura como “un desarrollo, el producto de un proceso que, como el cultivo, proviene de un propósito que la “orienta” en una determinada dirección, un propósito que en ella se refleja y que la particulariza, permitiéndonos comprender sus orígenes y su sentido”. Chiozza, 2005: 91-92.
El sentido de cultura es, en estas tres acepciones, el sentido que nos une a todos como comunidad y que nos identifica a cada uno como individuo, en lo que tenemos de iguales y diferentes.
En un contexto tan complejo como éste resulta fundamental concebir, también, la lectura de las obras como una práctica cultural que asume características y formatos variados.
La lectura se transforma, así, en una práctica sociocultural estimulando la apropiación del arte que nos reafirma como seres con una identidad propia, pudiendo reconocer otras identidades. Recuperando la definición que esboza el sociólogo francés Pierre Bourdier diremos para sintetizar que:
“La cultura… existe en la acción rutinaria que incluye tanto las condiciones materiales (y físicas) como la experiencia de los actores sociales en el uso de sus cuerpos moviéndose en un espacio familiar” (Duranti, 1997: 39)

El objetivo principal es recuperar las diversas obras construidas por artistas de nuestra ciudad para revalorizar los elementos constitutivos de nuestra cultura. A su vez esta propuesta es impulsora de nuevas o desconocidas expresiones creadas por actores que no han podido ser legitimados socialmente como productores culturales. Esta ilegitimación social es la herramienta más poderosa de la expresión artística contemporánea, ya que parte de la autoconciencia de su posición periférica. La experiencia artística subjetiva aparece entonces como el punto de partida para la producción de sentido.
En espacios como los que proponemos, donde diversas expresiones del arte confluyen, el sujeto se sumerge en la experiencia del arte, la vivencialidad de la belleza, construyendo y deconstruyendo su entorno y a sí mismo. Esta relación entre la obra y el sujeto, y a la vez entre las obras y entre los sujetos, se constituye entonces como una verdadera experiencia artística que posibilita la motivación de las representaciones del lector/espectador y la formulación/reformulación crítica.
Debemos repensar las expresiones artísticas de nuestra cultura, y esto involucra tanto la producción y medios de circulación del arte como a las representaciones relativas al arte que dominan en una época y un contexto, y que determinarán, o acaso dificultarán, la recepción de las obras. En este sentido nos parece pertinente profundizar en los orígenes de la obra de arte: historias e identidades de los sujetos (autor/lector) atravesados por la esencial influencia de la contextualidad en el proceso de significación.
La obra y sujeto se enfrentan, siendo este encuentro en sí mismo una experiencia sublime, fruto de la descontextualización/contextualización, es decir, se des-hace el itinerario de interpretación primera y se construyen nuevos sentidos que amplían el contexto simbólico.
No sólo se actúa como un modo de explorar la cultura inmediata, sino que se pretende una transformación de las representaciones sobre la cultura.
El arte (como parte de la cultura), que es creación por excelencia, sería la forma más desarrollada y madura de satisfacción, donde se logra una recombinación de elementos del yo y las cosas, y como resultado una ampliación del contexto que permite re-pensar los conceptos que tenemos naturalizados y no cuestionamos.



Gerhauser Leticia
Gerhauser Nerina
Jacob Leandro
Prieto Gabriel
Salesky Damian
Schroeder German
Torresin Romina

Bibliografía

BARTHES, Roland; (1980). “S/Z”. Editorial, España; Madrid
COROMINAS, Joan (1983) “Breve diccionario etimológico de la lengua castellana”, Madrid, Editorial Gredos, 1987
CHIOZZA, Luis (2005a) “Las cosas de la vida. Composiciones sobre lo que nos importa”, Obras Completas, t. XV, Ed. Libros del Zorzal, Buenos Aires, 2008.
ORTEGA Y GASSET, José (2007 [1957]) “¿Qué es filosofía?”, Editorial Espasa Galpe, España, 2007.
LIZCANO, Emmánuel (2006) “Metáforas que nos piensan. Sobre ciencia, democracia y otras poderosas ficciones”, Ediciones Bajo Cero, España, 2006.
DURANTI, A. (Editor) 2001. “Linguistic Anthropology. A Reader”. UK, Cambridge University Press. [Selección de capítulos y traducción: Elsa Ghio].

1 comentario:

  1. guuaauuu, qué loco lo que no cuestionamos.. y tenemos naturalizado, como salir a la calle y hablar como en la academia, qué copado el proyecto, lástima que tengan que justificarlo desde tanto marco teórico cuando son cosas de todos los días.. ni ahí quiero bardear,, sólo que se me piantó un lagrimón cuando ví sus apellidos adelante de sus nombres, cual carátula de trabajo práctico.. abrazos y suerte¡¡

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